Cada vez que vuelve a ocurrir me da risa.
Cuando tuve mi primer coming out, la primera vez que le dije a alguien -y lo tengo más o menos grabado en cerebro, porque creo que habían unos tragos que me blurean la memoria- sentí que se hacía real de alguna manera. Y desde ese momento no necesariamente a propósito, he tratado de hacer esa declaratoria de lo más normal posible, no big speeches, solo casualmente meterlo en la conversación.
Acabo de hacer un cambio de trabajo, que además de sumarle 15 mins a mi camino al trabajo, le suma nuevas personas que estoy conociendo, le suma nuevas presentaciones y muchas veces esto implica corregir las preguntas heteronormadas como «tenés novio?».
La primera vez que lo mencioné fue el día 2 de trabajo. Me preguntaron qué quería comer de almuerzo, si quería «alitas» – que terminan siendo las de BW. Según lo que entiendo, las empresas de ese grupo, que incluye a Pastaria y no se qué otras, apoyan movimientos conservadores como los de «Si a la vida» y por consiguiente, considero que están en contra de la diversidad y los colectivos LGBTI+.

La plática fue algo así:
GBG: «ahh fijate que no como alitas de BW… es que ellos son conservadores y entiendo que están en contra de la comunidad LGBTI y pues, yo soy gay entonces prefiero que mi dinero no vaya a parar a empresas que están en contra de cosas en las que yo creo. San Martín es otra de las marcas que no consumo»
Persona 1: »’en serio? no sabía o sea que no comiste del pan que llevaron ayer?»
Persona 2: «o sea, no comés alitas nunca?»
GBG: «o sea, trato que mi dinero no vaya a donde ellos. Si alguien más les compra ya no puedo hacer nada. Y sí, me comí una espumilla»
Persona 1: «ahh si, me acuerdo de lo de la San Martín«
Fin, eso fue todo al respecto del tema.
Me volvió a ocurrir esta semana, durante una reunión metí sutilmente la frase «es que yo tuve una novia que…» y nada pasó. Viéndolo en retrospectiva, creo que no podría haber hecho eso hace unos años atrás y me alegra que la reacción sea nula, porque quiere decir que primero, parece que estoy en un safe space y se está normalizando muchísimo más; aparte muchos del equipo leyeron mi post anterior del blog.
Justo acabo de terminar de ver el documental del Halftime de la JLo en Netflix y al final hay una frase que me encantó…
When you realize over and over you’re like, the only woman in the room. Or the only latina, what it made me think is that maybe I was the first latina woman to be in that room, but I wasn’t gonna be the last.
Entonces, eso, pero como mujer queer. Puede que sea la primera que públicamente llega (sin estar en el closet, viéndolo de la manera más normal posible) a un lugar, a un círculo de personas pero espero no ser la última, quisiera que lo que yo hago y lo que muchas otras personas que conozco hacen, de manera virtual o en el mundo «análogo» inspire a otras personas, que vean que todo mejora y que hay personas muy buenas que están para apoyarnos.
El punto es, que la verdad es que uno, como parte de la comunidad LGBTI+ nunca deja de salir del closet, muchas veces esto se va haciendo más fácil, pero también hay situaciones diferentes y pueden volverse complicadas y también eso es normal.
Esto me lleva a recordar la marcha del Orgullo de este año en San Salvador. No subí una galería de fotos acá porque inicié un proyecto que se llama Los Rostros del Pride. Todavía estoy pendiente de ver qué más hacer a partir de eso, pero si la quieren ver, les dejo el link de Instagram.